En el presente artículo, se aborda el tema de la persecución a los funcionarios públicos honestos y transparentes por parte de aquellos que buscan mantener sus intereses oscuros y preservar el status quo. Siendo imperioso, la implementación de un plan de depuración en las instituciones públicas, justicia y seguridad, con el objetivo de fortalecer la gestión pública transparente y democrática fomentando la participación ciudadana, rendición de cuentas y el control social. Los funcionarios corruptos usan como arma un discurso lleno de posverdades y demagogia para manipular a las autoridades políticas. Su estrategia se basa en la creación de historias distorsionadas y en el uso del miedo a la autoridad para imponer sus políticas y acciones en el combate a la delincuencia organizada y al terrorismo. Además, los funcionarios corruptos usan diversas estrategias para deslegitimar a los funcionarios honestos y dañar su honor y buen nombre. Una de estas estrategias es la difusión de fake news o pasquines, con el objetivo de desacreditar a aquellos funcionarios que representan una amenaza para sus intereses oscuros. Es preocupante que esta campaña de desprestigio provenga desde las propias organizaciones públicas donde estos funcionarios corruptos ocupan posiciones de liderazgo. Es importante resaltar que el uso del aparato institucional para deslegitimar y defender intereses oscuros es una clara violación de los principios de transparencia y buen gobierno. Los recursos de una institución pública que no se destine al servicio de la comunidad y sean utilizados para perseguir a funcionarios honestos, se esta cometiendo peculado y llevando al país a un estado epidémico. Lamentablemente, la administración pública se encuentra cada vez más empoderada de líderes contaminados por la corrupción, quienes utilizan el silenciamiento y la persecución como herramientas para acallar a aquellos funcionarios que denuncian actos de corrupción.